viernes, 11 de diciembre de 2009

I have a date. ¿Qué me pongo?


Y claro.
A quién no le pasó.
Te invitó a salir, finalmente.
Ya te dijo que te pasa a buscar a las once y media.
Tenés tiempo, pero no sabés QUE ponerte.
Ya te conocés tu ropero de memoria, y sabés exactamente la ropa que tenés, pero igual se te ocurre imaginarte una manera de vestirte que es imposible de lograr con tu ropa, porque no tenés los zapatitos que acabas de ver en la revista, que estaban combinados perfectamente con un pantalón que tampoco tenés y una remerita divina que jamás podés tener, y encima todo eso lo tiene puesto una modelo con un lomazo que TAMPOCO tenés. Entonces si tuvieras su ropa, ni siquiera te quedaría como imaginás que te puede quedar mientras ves a la anoréxica posando en la Cosmo.
Empezás por el conjunto básico, que estás cansada de repetir en las primeras salidas, pero bueno, te sentís cómoda, es un look sweety que re da, porque no vas a salir por primera vez con un tipo hecha una femme fatal, con algo que diga por todos lados "soy tuya".
Pero el problema es que HOY, justo HOY, el conjunto "caballito de batalla" NO te queda bien, no te gusta ni un poco porque te hace gorda, no estás quemada para la pollerita o de repente tenés más panza de lo que pensaste que tenías. ¡¡¡Y es ridículo, porque es la misma ropa y es basicamente el mismo cuerpo!!! Pero ese espejo de mierda te recaga la vida, y no te muestra divina, entonces chau opción uno, descartada. ¡La puta madre, que hago!
De pronto encontrás ese vestidito negro, divino, que te queda bien pero es un embole. Entonces le tratás de poner onda, le metés un cinturón en el medio, pero queda ridículo, lo combinas con zapatos con medias, zapatos sin medias, jean abajo con sandalias, calzas abajo con unas botitas copadas, en bolas con zapatilas, con medias negras y zapatos negros, con medias de encaje floreadas pero no tenés calzado para eso, le pones un saquito divino encima pero si te lo sacás sos un torre, le vas cambiando la parte de arriba con distintos collares, o te sacas los collares y te ponés unos buenos aros, te fijas si va con rodete, pelo suelto, o una mega flor en la mitad de la cabeza, pero NOOOO. ¡¡¡Sigue siendo el vestidito EMBOLE que estás cansada de ponerte y repeitr para miles de eventos!!!
Ya empezaste a desespararte y hasta sentís tanta impotencia y mal humor que te dan ganas de llorar.
Seguís revolviendo y encontrás ropa prestada, pero te la probás y te acordás de que siempre le había quedado mejor a la dueña. Encontrás ropa del año del pedo, pero te sentís que ya fue y no da ponerte eso. Cuestión que hace ya 40 minutos que te estás cambiando y de repente, se te ocurre volverte a probar LO PRIMERO que te habías puesto, pero que descartaste porque querías "cambiar un poco de onda". Y cuando te lo pusiste y te miraste al espejo te quedaste copada con como te queda, y decidís ponerte eso. Entonces al final hiciste un quilombo en tu cuarto, te deprimiste con mil conjuntos que te quedaban como el orto y terminaste poniendote LO PRIMERO QUE TE HABIAS PROBADO. Tu idea de vos misma ya está mucho más lejos de ser una loca de mierda, pero bueno, así somos y por lo menos ahora estás contenta y te podés pintar tranquila. Eso sí, te pintás poquito, porque no da salir hecha una diosa hiper producida. La imagen que querés dar es la de, "me puse cualquier cosa y me pinté un poquito nada más". ¡¡¡Pero dejate de joder nena!!! Ellos NUNCA van a pensar así, NUNCA. Nos conocen, nos miran y SABEN que estamos hoooooooras cambiandonos, pintandonos y arreglandonos ese mechón de pelo que se nos escapa de atrás de la oreja, pero que ellos nunnnnnnca se van a dar cuenta porque no son taaaaaaan detallistas.
En fin, para la próxima, desesperate menos, no quieras cambiar de onda, ponete lo que te hace sentir linda y salí a la calle con actitud. Después de todo Beyoncé y JLo bailan con esos flor de ortos y nadie dice que son gordas. Actitud, nena. Ac ti tud.
Ya lo sé, cuesta.

1 comentario: